domingo, 21 de abril de 2013

Poemillas marineros













Poemillas Marineros
Antonio Serralvo
Sociedad Amigos de la Cultura
Vélez-Málaga
por José R. Cortés Criado


Estamos ante un rancho de poemas, como diría un marengo. 

Son versos sencillos, que no simples; imágenes frescas, que nos traen recuerdos y sensaciones conocidas; el mar, la mar, los pescadores, las gaviotas, las barcas, la luna…, todos los elementos son reales, cercanos y al mismo tiempo sugieren distancia en el espacio y en el tiempo.
El poeta ha observado su entorno y ha recreado las imágenes visuales en unas pocas palabras para trasmitirnos lo que siente frente a lo que ve; algunos poemillas solo nos ofrecen una visión:

La playa
de la caleta
tiene la arena dorada
y el agua
como una estrella.

En otros poemas nos ofrece una fotografía del mar, nos presenta unas gaviotas posadas sobre el agua, y cuando parece que el poema finaliza con esa imagen quieta, un último verso: “A lo lejos un barco”, nos hace enfocar más allá, dándole vida a esa imagen y sorprendiendo al lector.

En una tarde
limpia del
invierno,
se han posado
en el agua
Las gaviotas
Como un mosaico
De pañuelos blancos.

La mar, limpia
Y serena
Las acoge
Y en si vaivén,
Pausado,
Las acuna
Como se acuna a un niño.

A lo lejos un barco.


Otros poemas apelan a los pescadores en su faena diaria:
¡Daos prisa
Pescadores!
¡Recoged las redes ya!
Y a sus sentimientos más íntimos:
Hay un pescador que llora
Por la orilla de la mar,
Se perdió su caracola
Y no la puede
Encontrar.

O pone en boca de uno de ellos palabras de preocupación:
¿De mi barca qué será?

Pero en todos hay belleza, son palabras enlazadas siguiendo un ritmo marcado por la entonación; Antonio Serralvo no busca una poesía sometida a los cánones clásicos, no busca la rima ni la uniformidad en la medida de los versos, escribe lo que siente y como lo siente, dejando su espíritu libre a la hora de marcar los acentos, despreocupándose de los versos rimados.
A veces juega con los colores para ilustrar un poema, contrastando el blanco de las velas, de la espuma o de las nubes con el azul del mar; o enfrenta los colores rojizos del atardecer con el azul marino; o el blanco de la luna con el plateado de los peces.

El cielo pone
colores rojizos
de fuego vivo
sobre la mar calma.
Son versos sencillos llenos de simbología; son visiones personales, llenas de reflexiones; son palabras sencillas, llenas de evocaciones; son palabras con sabor a mar.
La mar,
que nuca cesa
en su vaivén,
guarda tesoros,
historias y penas.


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