CAPÍTULO
7:NO TE DISTRAIGAS
Estoy
en un túnel oscuro, demasiado oscuro como para que pueda ver nada.
Intento caminar, pero el túnel se va haciendo cada vez más pequeño
hasta que llega un momento en que tengo que arrastrarme para seguir
avanzando. Oigo una voz espectral gritando detrás mía que me hiela
la sangre.
El
túnel se vuelve tan pequeño que me quedo atascada. Intento por
todos los medios escabullirme, pero tan solo puedo mover mis manos
.La voz se oye cada vez más fuerte y empiezo a entrar en pánico.
Pero
de pronto ,desde el otro lado del túnel, aquel por el que no puedo
pasar, distingo a oír unos pasos que vienen hacia mí. Intento pedir
ayuda, pero no puedo articular ninguna palabra.
Aquella
voz se va acercando cada vez más...
El
dueño de los pasos empieza a llamarme.
-Victoria...
Hasta
ahora no me había puesto a recordar aquel sueño tan terrorífico
que me hostigaba estos últimos días, pero al llegar al Cortijo
Jurado, mi maravillosa mente masoquista se pone a recordarlo.
Siempre
es lo mismo: el mismo túnel, la misma voz, el mismo atascamiento,
los mismos pasos al otro lado del pasadizo y el mismo final
inacabado. Siempre igual. Lo que me da más miedo es que cuando dicen
que un sueño se repite muchas veces es que se va a volver realidad
tarde o temprano, y como que no quiero ser asesinada brutalmente por
una voz fantasmal en medio de un oscuro túnel, quién sabe dónde.
Pero
bueno, será mejor que me quite esas ideas de la cabeza porque un día
de estos me estamparé contra el suelo por estar tanto rato en Babia.
Cuando
estamos viajando, noto que Aitana se pone a temblar cada vez más y
más.
-Aitana,
no te ofendas, pero pareciera que te está dando un ataque de
epilepsia.
-¡Es
que tengo miedo!¿Y si de verdad hay fantasmas?
-No
creo que haya. Y si es que hay, no creo que se atrevan a salir de día
y con sol.
-Sí,
por suerte.
-Mira,
ya vamos a llegar. Tan solo es una simple casa abandonada.
-¿Sabéis
lo que dicen del Cortijo Jurado?-Dice Erika, desde el asiento de
delante-, anteriormente esta casa fue utilizada como lugar de
ejecución para niños y niñas desde el siglo pasado. Dicen por ahí
que sus espíritus trastornados vagan por todo el lugar, sin haber
encontrado un sitio en el que descansar en paz.
-Muchas
gracias por tranquilizarme, Erika -ironiza Aitana-.
-¡De
nada!
-Erika,
si dejaras de asustar a la gente mientras se dirige a una casa de
terror, como que mejor, ¿sabes?-le comenta su hermana Nicole,
mientras intenta pegarle un codazo.
En
cuanto bajamos del autobús y nos dirigimos a la casa, Don Amador
nos va diciendo las reglas de la excursión, y alguna que otra
sorpresa.
-Primero
que nada, debéis de tener claro que, mientras hacemos la primera
exploración al cortijo, no quiero que nadie se separe del grupo. Al
primero que vea alejándose lo más mínimo, lo dejo aquí haciéndole
compañía al autobús. Otra cosa: como factor sorpresa del paseo,
después de tomarnos el desayuno, tendrá lugar la “Prueba de
Valor”:
1. De uno en uno, iremos entrando en la casa y buscaremos un objeto de los muchos que pondremos los monitores y yo en el recinto. El que encuentre el premio especial, que pondremos en la zona más profunda de la casa, ganará el juego. El que no sea lo bastante valiente, vendrá con el primer objeto que se encuentre y volverá lo más rápido que pueda.
2. Según el objeto que hayan cogido, obtendrán determinados puntos, y no se sabrá cuál es el objeto especial hasta que alguien venga aquí y lo digamos, así que buscad lo más adentro que podáis para conseguirlo.
Dicho
esto, veo que casi todas las niñas ponen cara de haber visto un alma
en pena y, aunque los niños se hacen los valientes, veo a unos
cuantos con las piernas temblándoles como si fuesen de gelatina.
Y
en cuanto a mí, no me importa en lo más mínimo ganar el juego.
Cogeré lo primero que me encuentre, volveré y punto final.
Después
de explorar el cortijo en grupo (supuestamente en orden) y de comer
algo, empieza el juego. La mayoría de los niños vuelven corriendo
como una gacela y ninguno lleva el primer premio.
Después
de que más o menos la mitad de la clase haya entrado a la casa, me
toca a mí.
Empiezo
buscando en la cocina. Nada. En una habitación. Nada de nuevo.
Voy
buscando aparentemente, pero en realidad pienso sobre Valeria y
Álex.¿No que a Valeria le gustaba Jacob? Ya no estoy tan segura.
Desde que se sentó junto a él en el autobús y de andar por ahí
agarrada de su brazo como si su vida dependiera de ello, me alarma
bastante. Creo que en verdad lo hace para fastidiarme, aunque a ella
no le guste (pero no me fío ni un pelo).
Con
tanto pensar y repensar me doy cuenta de que me he perdido.
Parece
que he descendido, ya que no veo casi nada y sigue siendo de día.
Esto empieza a recordarme a mi sueño, y eso no es bueno.
Ahora
estoy segura. ¡Es todo igual que en mi sueño! Ahora solo falta que
llegue la voz del demonio y me persiga. Y lo hace.
Empiezo
a correr. El túnel cada vez es más pequeño. Me quedo atascada.
Ahora
los pasos. Sí, ya vienen. Lo que me preocupa es lo que pueda suceder
después, eso no lo vi en mis sueños.
-Victoria...
Hasta
ahí, todo igual.
-Victoria,¡ven!
Eso
sí es nuevo.
Siento
que me jalan desde el otro lado, espero que no sea algo o alguien
peor de lo que se me acerca por la espalda.
Y
al fin, logro escabullirme. Me doy cuenta de que quien me salvó es
un niño, como de mi edad, solo que lleva ropa muy vieja y tiene el
pelo de un increíble rojo oscuro.
Me
lleva corriendo por todo el camino, hasta que al fin, cuando llegamos
a una especie de sótano sombrío, pude descansar.
-¿Quién
eres?-le pregunto-¿y que era esa agradable y dulce voz?-bromeo para
apaciguar las cosas.
-Me
llamo Tommy -contesta- aunque no te lo creas soy un fantasma, y tengo
que hablarte de aquella voz de la que has huido. Tú y la demás
gente corréis un grave peligro.
Rosa
María Vergara González
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