lunes, 23 de mayo de 2022

CONCURSO DE LECTURA ORAL ORGANIZADO POR EL DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA Y LITERATURA



El miércoles 11 de mayo  se entregaron los diplomas y premios a los finalistas del  I Concurso de Lectura Oral del IES María Zambrano. Este año han participado  los alumnos  de ESO a través de los profesores de Lengua española y Literatura, que se han encargado de realizar una selección de los mejores rapsodas  del curso. El jurado ha otorgado  los siguientes galardones:

       

             

FINALISTAS

Categ.A

Curso

1-2ESO

     

ALUMNO/A     

Canción del pirata, José Espronceda           

Primer premio

Segundo premio


Finalistas





  1. Óscar Segovia Bustos(1ºA)

  2. Paula Oliver Albertos (2 B)



  1. Natalia Rojo Retamero (1ºA)

  2. Daniel Segovia Bustos (1ºA)

  3. Claudia Villena García (1ºA)

  4. Lucía González Martínez(1ºA)

  5. Claudia Camacho Zapata(1ºA)

  6. Mara Aparici Guardia(1ºA)

  7. Carlos Gálvez Martín (1ºC)

  8. Alberto Moreno Perea (1ºC)

  9. Carla Díaz Esteba    (1ºC)

  10. Mario García Morales (2ºC)

  11. Adam Paolo Spotti (2ºC)

  12. Sofía Hajib Barranquero (1ºD)

  13. Juan Antonio Pérez Serrano 1B







FINALISTAS

Categ.B

Curso

3-4 ESO


ALUMNO/A

Romance de la luna, luna

Federico García Lorca 

Primer premio

Segundo  premio


Finalistas






  1. JAVIER ORTUÑO SORIANO ( 3ºA)

  2. MARÍA PÉREZ ESCOBAR (3º A)


3. MARINA RUIZ  MARTÍN                  ( 4º D)

4. IVÁN VALVERDE FERNÁNDEZ      (3ºB)

5  ALBA JIMÉNEZ GARRIDO              (3º B)

6  MAR TEJADA GUTIÉRREZ             (3ºC)

7 LUCIO FEDERICO CASTRO            (4ºB)

8 CARLOS LÓPEZ LOVERA               (4ºB)

9 MARCO PÉREZ DELGADO             (3ºA)                    

10 DANIEL TOFANARI PORRAS      (3ºA)

11 PAULA GUIDOTTI COCHET        (4C)

12 EVA SÁNCHEZ MUÑOZ               (4ºC)




CATEGORÍA  A 


  1. LA AMISTAD INESPERADA

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel autor que pudiera captar en un microrrelato la felicidad. Muchos lo intentaron. El rey observó y admiró todos los relatos, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellos.

Una autora desconocida entregó el siguiente microrrelato:

Un grupo de niños se reían de otros que para ellos eran diferentes. El ciego por depender de un bastón, la sorda por depender de un audífono, el autista por necesitar un acompañante, de la marroquí por no entender nada y necesitar un diccionario,… Para ellos estos chicos eran dependientes. Los chicos se reían de ellos mientras jugaban con sus móviles.

Un día ellos olvidaron sus teléfonos, estaban enfadados y tristes, no sabían qué hacer, no entendían cómo los niños de los que se reían lo pasaran tan bien juntos, sin darse cuenta de que ¡Los verdaderos dependientes eran ellos con sus teléfonos! De repente, los niños los llamaron para jugar, lo pasaron todos tan bien que se olvidaron de sus teléfonos.

Al rey le gustó tanto este microrrelato que decidió buscar a su autora. La buscó por todos los pueblos de alrededor, hasta que después de cinco días de búsqueda la encontró. Estuvieron hablando un buen rato, y se dieron cuenta de que tenían gustos muy parecidos. 

Poco a poco fueron hablando cada día hasta que finalmente se hicieron mejores amigos.

Encuentra tu paz y expándela.


  1.  EL CONCURSO QUE LE CAMBIÓ LA VIDA 

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel autor que pudiera captar en un microrrelato la felicidad. Muchos lo intentaron. El rey observó y admiró todos los relatos, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellos. El rey quería darles una oportunidad a los escritores con talento de su país, por lo que en una aburrida tarde mientras que escribía una historia sin inspiración, decidió organizar un concurso. Cuando llegó el día, se presentaron más de un centenar de personas y el rey estaba feliz de ver a tanta gente a la que le apasionaba la literatura. Cuando todos terminaron su relato, el rey quiso leerlos todos y fue en dos de ellos en los que encontró felicidad y pasión por escribir. El rey no sabía cuál elegir y les ofreció que escogieran ellos. Los autores del relato empezaron a pelearse y a discutir. El rey al contemplar esa pelea pensó que no se merecían el premio ya que él luchaba por la paz y el compañerismo. Semanas después, paseando por las calles, decidió dar el premio a las personas que más lo necesitaban. Su corazón se llenaba de alegría cuando veía sonreír a aquella gente. Esto le apasionaba y empezó a viajar por el mundo donando su dinero. El rey consiguió su verdadera inspiración y quiso escribir esta historia que guardaba en su corazón y recuerdo eterno. 

Lulu


  1. Dos caracolitos unidos.

Un caracol sin concha, que creía que era una babosa ya que no recordaba su pasado, traumático y lleno de sentimientos, en el que se encontró sin su preciada concha, después de este suceso sus recuerdos desvanecieron.

Pero solo era el triste pasado, porque luego iba a ser el caracol más feliz del mundo. En un día soleado, se encontró con el mejor caracol de su vida, el único que le aceptó siendo una ‘repugnante babosa’. Por el día de su cumpleaños le regaló una preciosa concha, lo más valioso para él fue que esa era la concha de su querida madre, que falleció en su trágico pasado, al ver esa concha, sus recuerdos cobraron vida y ya recordaba quién era en verdad.


  1. EL POBRE Y EL RICO

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel autor que pudiera captar en un microrrelato la felicidad. Muchos lo intentaron. El rey observó y admiró todos los relatos ,pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellos. El rey estuvo varios días debatiendo consigo mismo sobre cuál era “el mejor”. Pasada alrededor de una semana,

decidió acudir a un experto de la literatura para que le ayudase a tomar una decisión. Sorprendentemente, éste, tampoco supo elegir. El rey, desesperado, le consultó a uno de sus más fieles soldados. Para sorpresa del rey, el soldado le sugerió que realizase una encuesta a todo el reino y el relato más votado sería el ganador. El rey dio un plazo de una semana para que todos votasen.

Cuando acabó el recuento de todos los votos, todavía no había vencedor, ¡quedaron empate! El rey no esperaba este resultado. Ya había perdido la esperanza que le quedaba. Como último recurso, decidió visitar a

los autores para ver qué “primera impresión le causaba”, o algo parecido. Fue a visitar al primero y descubrió que era un noble egoísta y sin simpatía. Fue

a visitar al segundo y vio que era un humilde vagabundo.

El rey finalmente decidió darle el premio al que más lo necesitaba, al vagabundo, por su humildad.


  1. “PREMIO NOBEL AL GANADOR DE UN CONCURSO”

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel autor que pudiera captar en un microrrelato la felicidad. Muchos lo intentaron. El rey observó y admiró todos los relatos, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellos.

Estaba entre “Fuera las guerras” y “No a la violencia y sí a la paz”, pero el rey escogió “No a la violencia y sí a la paz” porque el texto le sorprendió. 

Después de la elección el rey le mando una carta al ganador diciendo que mañana a las cuatro fuera a su castillo a reclamar el premio del ganador ¡mil lingotes de oro!

Al día siguiente, el ganador fue al castillo del rey para que le entregara el premio, le mandó cinco camiones repletos de lingotes de oro a su casa. Pasaron los días, y el ganador pensaba en qué gastarse tanta cantidad de dinero porque un lingote era igual a cinco mil euros.

Se sentó a ver la televisión y vio un anuncio de una asociación de niños pobres con enfermedades. De repente se le ocurrió la idea de donar todo el dinero que había ganado a todas las personas que lo necesitasen. Y así fue, incluso salió en las noticias. 

Y lo mejor de todo fue que a los tres días le concedieron el premio Nobel de la Paz por haber gastado cincuenta millones de euros en donar a los que lo necesitasen. 



CATEGORÍA B 


CALLAR CALLANDO

“Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido”

Entre el fuego cruzado paro las balas que a poco me rozan. Tapo los cañones y apago las llamas que prenden las mechas. Mechas de las bombas efímeras que amenazan mi ser.  Mas el ruido no cesa, pues cómo puedo yo acallar en silencio. 


UN FINAL QUE ACABÓ MAL 

Tras tanto tiempo de sufrimiento todo llegó a su fin.

Lena nunca había sido creída por nadie, todos decían que eran traumas e imaginaciones; le achacaban que leía demasiado y eso provocaba historias ficticias en su cabeza.

Quién iba a creerlo, que a una chica tan reservada que se perdía entre la multitud, pudiera ocurrirle algo tan espantoso.

Lo cierto es que lo que había sido un 4 de mayo normal para la humanidad,  para Lena había sido el fin de su persona. Tras esa noche de terror intentando escapar de esas manos que la forzaban a estarse quieta, se perdió, quedó cegada por una nube gris de la que nunca volvió.

Lena encontró su paz  tras meses de lucha contra sí misma y contra el mundo para poder encerrar el culpable.

No es la paz por la que luchamos hoy en día, ni  la paz que queremos en el mundo, pero allí arriba es el único lugar donde Lena encontró la paz.


¿He salvado una vida?

Otro miércoles más, un poco agotador, nunca terminaba de acostumbrarme a aquellas

palabras desagradables y miradas incomodas, casi todos los días me llamaban profesores para hablar con ellos. "Has bajado en las calificaciones" solían decirme. Una persona desconocida, cansada de esos días agotadores, deseando descansar para no llorar, fue quien me respondió a aquel mensaje. No sabía quién era ni qué le sucedía, simplemente algo en mí dijo: "No dejes a esta persona sola". Al fin y al cabo estaba segura de que me dejaría de responder, sin embargo no fue así, le abrí mis brazos, ella me los abrió a mí, nos ofrecimos un lugar seguro para ambas. Cada día conocíamos un poco más nuestros sentimientos, las sensaciones. Cada una teníamos motivos diferentes, pero éramos dos personas rotas, tratando de sanar juntas. Y ahora pienso: "Podemos salvar una vida sin necesidad de trabajar en un hospital".


DOBLE CARA

Y una noche más me desperté con el recuerdo de los hombres que había matado; con sus rostros, sus manos y sus horribles gritos de agonía que asolaban todo el campo de batalla.

La guerra había provocado un terrible desgaste en ambos bandos tras dos duros años de batallas constantes. La Navidad se acercaba cada vez más, lo único que me daba fuerzas para seguir adelante era estar con mi familia, cenar tranquilo y alejarme de este cruel mundo.

Sin embargo, el 20 de diciembre me comunicaron que debía permanecer al frente durante otros dos meses. A partir de ese momento, ya no me quedaban ni fuerzas ni ganas de seguir adelante, la rabia e impotencia que sentía me llevaron a matar más y más, rebosaba odio hacia ellos.

El 25 ocurrió algo singular, el bando enemigo propuso una tregua que nosotros aceptamos.

En poco tiempo descubrimos que los malos no eran tan malos como parecían, y que ellos, al igual que nosotros, eran forzados a asesinar para defender su país.

En ese momento nos dimos cuenta de que todo era una doble cara, nos enseñaron a odiar al enemigo sin al menos conocerlos, nos dijeron que eran los malos, cuando nosotros fuimos los que los invadimos, y lo peor de todo, nos enseñaron a disparar antes que a dialogar.



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